
Vi cómo el sol bendijo con su luz y calor a las olas, como las palmeras se movían junto a la brisa. Me acosté sobre la arena, miré al cielo amplio y azul, sentí que mi corazón alegre saltaba de mi pecho y se unía al cantar de las olas. El mar me incitó a acercarme a él, cómo avanzaba hasta el horizonte y se perdía en la distancia. Y yo me dejé seducir por él. Me levanté y caminé hacia el mar, cuando el agua tocó mis pies, le pregunté ¿desde que lugar lejano vendrás?
Me sumerjí y dejé que las olas jugaran conmigo, entregada completamente, me acercaba a la orilla y me llevaba otra vez hacia el. Mi piel desnuda bajo el mar, dejándose acariciar, sus aguas se amoldaban perfectamente a mi cuerpo, sentada con mis manos acariciando la arena debajo de el, trataba de apretarlo, sujetarme, pero el mar me dominaba, me arrastraba con sus olas... oleadas que me recorrieron toda, como un amante a su amada, me tenía hechizada, enredándome en su vaivén rítmico y placentero. El, el mar... me enamoró, me acarició, me hizo suya y desvaneció el calor que me consumía.
Miré a mi alrededor y ya la luz de sol se escondía, haciéndole paso a luna, salí a la orilla y allí acostada temblando de sensaciones , el agua resbalaba por mi cuerpo, marcada con su sal, sentí una gota salada que llegó a mi boca, más no era del mar, eran de mis ojos...shhh.. silencio profundo; volveré.
©M.A.M
5 comentarios:
Dicho el mar que cuenta con una escritora como tú que le habla en relatos y poesía. Me fascina como lo personificas. ¡Debes ser una sirena!
guaaa..qué lindo también me encanta el mar aunque en Chile sea tan frío
buenas letras
¡Oye, me siento arrastrado a las corrientes de tu mar! No sé si quiero detenerme...
Como siempre exquisita...
celoso del mar yo, contemplo....
cada poema tuyo
con que gusto y delicadeza
pones siempre mi sueño al desnudo,
y como una cortina de humo
cuando te leo,
se desvanecen mis penas.
Gracias por regalarnos tu arte.
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