
La sirena alegre llevaba días fuera de su hogar
regresa al mar buscando las caricias de las algas
abriendo paso con su cuerpo surcando las aguas
con su cola danzante y amplia se escucha su dulce cantar.
Sus cantos son caricias al corazón y al alma
acompañada de peces recorriendo su cabellera de mar
Lleva consigo las palabras y la voz de su príncipe
que por vez primera pudo ver de sus ojos su mirar.
Sus labios húmedos de coral cantaban melodías del corazón
desnudando el alma de palabras, viviendo el pulso de un beso
llenando las olas de amor para cuando rompan en la orilla
su príncipe recuerde en su piel, su cuerpo suave, salado y terso.
La sirena pasa días y noches esperando que el príncipe extienda su mano
y entre la espuma blanca de las olas, aferrarse y sumerjirlo al profundo mar
y entre la luz del sol o los reflejos de la luna fundirse abrazados
entre besos dulces, enredarse en uno solo, entre sueños dorados.
©M.A.M