Alas de recuerdos

Recuerdos…

me persiguen
me paralizan, me erizan
tu aroma me despierta,
me duerme,

me revive,
y me posee...

entonces cierro los ojos
para no dejar salir el mar
que envuelve de marejadas
espumosas mi alma.

Y en el trance descubro alas...
alas que no logro alzar
sólo en mi mente vuelan,
recorren, viven y mueren
deseando por sobre el mar volar
descubriendo la tierra de tu cuerpo
y en el aterrizar.

Si tuvieras alas... ¿a dónde te llevarían?

Tres décadas y 2,555 días

Un día martes como las primeras letras de su nombre
corría el mes de agosto en un día diesiocho,
fue fiesta en una madrugada en el corazón de unos padres.

Inesperada

Te plantastes sobre mi cristal en la mañana
dejé de ver mi horizonte enfocada en tu inesperada llegada
rodastes como pincel en su lienzo por el material que nos separaba
y como ladrón de corazones te posastes sobre mi pecho.
No sé si fueron tus ganas o la brisa apresurada que entraba
queriendome susurrar haciendole coro a mis latidos
sosteniéndote por un instante sobre mis montañas
resbalastes hasta mis muslos vestidos.
Y ahí te quedastes, quieta, sola, estrujada…
como mariposa que penetra en la estancia.
Te marchitas como las flores, pero como ellas das vida
como el color verde de la esperada esperanza
esa que llevo dentro del pecho allí donde tengo el alma.

Me pregunto... ¿por qué entró a mi auto? ¿de dónde vino? Aún la conservo y conversamos, aunque silente, es testigo de mis palabras.